¿Es el peso un buen indicador de mi salud?

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¿Te visualizas delante de una báscula intentando adelgazar y queriendo que ese número baje sí o sí? Hoy vengo a contarte que el peso no es, ni de lejos, el mejor indicador de progreso.

¿De dónde partimos? El peso

Todo el mundo conoce el término «número de peso» o «el peso que marca la báscula» pero, ¿te has planteado alguna vez de qué se compone ese peso? El peso es músculo, hueso, agua y grasa, sin embargo, muchas veces nos focalizamos en él como si solo fuera grasa.

Todas las dietas que han existido hasta ahora, han insistido en el peso como indicador de progreso. Si bajas de peso estás sana y tienes fuerza de voluntad. Si subes de peso es que algo has hecho mal y no estás cumpliendo con los objetivos marcados. Todas estas dietas prometen una rápida pérdida de peso que nos ayuda a bajar a corto plazo, pero el efecto rebote SIEMPRE llega. Y eso amiga, sí que no es sano, por mucho que te hagan creer lo contrario (y hagan un buen marketing de ello).

Vengo a contarte que existen más de cien factores que influyen en que tu peso cambie y nada tienen que ver con la alimentación, ni mucho menos con no tener fuerza de voluntad. La historia familiar con tu alimentación, la genética, la edad, el sexo, ciertas patologías, el lugar donde vives, la cultura, el descanso, el estrés diario, la carga alostática de estrés, etc. Tu peso no depende solo de lo que comes ni del deporte que hagas. De hecho, si todo el mundo comiera e hiciera el mismo ejercicio, nadie pesaría lo mismo.

¿Cómo influye el IMC?

El Índice de Masa Corporal ha sido una medida que se ha utilizado desde hace mucho años para valorar la «salud» de las personas. Pero, teniendo el cuenta que el IMC solo tiene en cuenta el peso y la altura de la persona (IMC=kg/m2), ¿de verdad piensas que puede conocerse la salud de una persona solo teniendo en cuenta estos dos factores? La respuesta es no. Una fórmula matemática de dos números no sirve para valorar la salud de nadie, y menos siendo seres tan complejos. No somos robots que funcionan con matemáticas, somos seres humanos.

Siempre será más importante valorar la calidad de vida de la persona, su historia dietética y su patrón con la alimentación y el deporte, su salud económica, su acceso a salud, sus analíticas, su genética, la cultura, su entorno, el descanso y el estrés que sostiene, entre otros.

Pongamos dos ejemplo:

  • Persona dentro de un IMC considerado normal, con hábitos de sedentario, mala alimentación, tabaquismo, con historial de drogodependencia, sin estabilidad económica, pero con un cuerpo normativo por genética.
  • Persona dentro de un IMC considerado como sobrepeso pero que hace deporte, tiene hábitos alimentarios buenos, no fuma ni se droga, cuida su salud mental y puede permitírselo económicamente, pero tiene un cuerpo gordo.

¿Quién tendría más salud?

Entonces, ¿las personas gordas no deben bajar de peso?

La respuesta es no, si su cuerpo no lo necesita. Es muy fácil focalizarse en el tamaño corporal de una persona para poner como solución una dieta estricta y machacar a la persona, cosa que atenta contra los Derechos Humanos de que la persona pueda simplemente EXISTIR. Pero lo cierto es que el peso no es el único indicador que nos indica progreso. Es uno más, como cualquier otro.

Entonces, ¿qué hacemos? Es mejor descentralizar el peso como foco del tratamiento e intentar buscar otros indicadores menos invasivos para la persona. Se puede buscar un cambio de hábitos alimentarios, mejorar la relación con la alimentación y el deporte, buscar un mejor descanso adaptando objetivos específicos, buscar rebajar la carga de estrés, entre otros objetivos que se pueden trabajar. Si estableciendo todo esto el cuerpo de la persona decide bajar de peso, genial. Si no baja de peso, también es genial. ¿Por qué? Porque evidentemente la calidad de vida de esa persona será mucho mejor independientemente de su peso.

Si al leer este artículo hay algo que ha resonado contigo y te gustaría mejorar la relación con tu cuerpo y con la comida, en el equipo de María Redondo Psicología estaremos encantadas de ayudarte. Puedes pedir cita con nosotras a través del siguiente formulario.

Marta Oliver

Nutricionista del centro especializada en trastornos de la conducta alimentaria