«¡Qué ansiedad tengo!»; la frase estrella desde hace unos años. Esta emoción que ha venido para quedarse y que tan mal nos lo hace pasar, está intentando ser desterrada por los gurús del coaching y por toda esa corriente sociocultural a lo Mr Wonderful.
Sin embargo, como con cualquier emoción, es imposible eliminarla o rechazarla para que no vuelva. De hecho, esa idea de hacerla desaparecer (idea que se está difundiendo universalmente, por cierto) justamente la hace aparecer, y cada vez con más fuerza.
Es por eso que voy a intentar explicarte de qué manera puedes hacerte amiga de tu ansiedad como si de una amiga del pueblo se tratase.
Pasos para reconciliarte con tu ansiedad
1. Presentarse y conocerse
Como toda buena relación hay que empezar por el principio, sabiendo quién es la otra persona. En este caso, es importante que sepas cuáles son los síntomas de la ansiedad para que aprendas a identificar cuándo la estás sintiendo y sepas con quién estás quedando. Esta es Ansi, para los amigos:
- Síntomas físicos: sudoración, palpitaciones, falta de aire o presión en el pecho, aumento del ritmo cardíaco, insomnio, nerviosismo, dolor de cabeza, mareos, hiperventilación, etc.
- Síntomas psicológicos: pensamientos catastróficos y obsesivos, miedos excesivos y preocupaciones recurrentes, sensación de peligro constante e inminente, dificultades para concentrarte, etc. En los casos más extremos puedes sentir estar fuera de tu propio cuerpo o que sucede algo extraño en tu entorno (despersonalización o desrealización).
- Síntomas conductuales: irritabilidad y evitación de las situaciones que te está provocando la sintomatología. Puede derivar en deterioro de las áreas vitales, especialmente la social (aislamiento).
Una vez que ya sabes quién es tu nueva amiga (a veces un poco insoportable, honestamente), debes saber que ella siempre quiere quedar contigo para decirte algo; algo que especialmente no va bien sobre tu situación vital. Es como esa amiga del pueblo que siempre te dice las verdades, aunque sea molesto escucharlas. Vamos, lo que se conoce como una amiga muy pesada pero, en definitiva, una buena amiga.
Hacerse amigas/tolerarla
Ya habéis quedado un par de veces, aunque, dicho sea de paso, habéis quedado porque Ansi se ha presentado sin previo aviso en tu casa y no te ha quedado más remedio que abrirle la puerta. Muy inoportuna, lo sé; así es Ansi, que cuando necesita decirte algo le da igual que estés durmiendo la siesta como trabajando en el proyecto más importante de tu vida. De hecho, si no la dejas entrar y te tomas un café con ella, se volverá aún más pesada. Algunas de las cosas que puedes hacer para llevarte mejor con Ansi son las siguientes:
- Déjala pasar. Es verdad que la sintomatología de la ansiedad es de las más incómodas de sentir. Genera un gran malestar y, a veces, crees que vas a morir. Es normal que lo pienses e, incluso, puede que pienses otras muchas cosas. No pasa nada, son solo pensamientos, tú eres mucho más que lo que piensas.
- Escúchala. Intenta buscar una teoría del porqué estás teniendo ansiedad. ¿Qué ha pasado en el día de hoy o en esta semana? ¿Estás haciendo más de lo que puedes en el trabajo? ¿Estás dejando tus planes y tus intereses por ocuparte de tu familia a tiempo completo? Habla con ella y busca posibles razones.
- Espera a que se vaya. Si intentas hacer algo para ignorarla y dejar de sentirla, nunca aprenderás a tolerarla; y te recuerdo que no se va a ir porque es muy pesada. Puedes hacer cosas mientras estás sintiendo la ansiedad para ayudarte a sobrellevarlo mejor: darte un baño, ponerte música, dibujar, hacer deporte, hablar con alguien, etc. Es como cuando esa amiga del pueblo te está dando la turra y tú le hablas a otra para, mientras, poder desahogarte de semejante chapa.
Aceptarla
Lo último y lo más difícil es aceptar a Ansi en tu vida como una amiga más. De hecho, para lograrlo es importante que sepas que Ansi nunca se va a cansar de mirar por ti y de avisarte cuando algo va mal. Ella siempre será la antesala de un sitio mejor para ti. Es más, creo que se lo debes, porque, aunque ella sea tremendamente insoportable nunca te deja de lado a pesar de que nunca hagas caso a sus avisos.
Es como la amiga que, aunque te de la turra, después es la única que te dice que sí a cualquier plan que le propones, la que siempre está para ti.
¿Qué sería de ti si intentaras todo el rato deshacerte de la ansiedad? Que constantemente la tendrías y no cambiarías aquellas cosas que te la provocan. Nunca pasarías al siguiente nivel: la tranquilidad. Así que, en definitiva, sé amiga de Ansi. Ya se lo agradecerás.
Si te resulta muy difícil saber por qué tienes ansiedad y gestionarla cuando aparece, ya sabes que desde el equipo de María Redondo Psicología podemos ayudarte en esta ardua, pero no imposible tarea. Pide cita con nosotras a través del siguiente formulario.