NUNCA UNA ESTAFA HA DURADO TANTOS AÑOS. Llevamos años a dieta, sin que ninguna funcione. Y lo sabemos. Pero volvemos a caer, una y otra vez. Todas las dietas que lleven nombres y apellidos, no son buenas.
Las dietas restrictivas
La única fuente de energía que tenemos para vivir es a través de los alimentos. Las dietas restrictivas llevan al cuerpo a un estado de supervivencia porque no está preparado para vivir con tan pocas calorías ya que no puede ejercer sus funciones vitales. Y, por mucho que al principio bajes de peso, este estado de hambruna va a producir el efecto contrario: descompensación de los centros de control del hambre y la saciedad, incremento de la hormona del hambre que incrementará la ansiedad y los antojos por comer más, más y más hasta que PUM: ¡EXPLOTAS! Esta restricción no se ha podido aguantar más y tu cuerpo pide vivir. Y, con ello, vuelve el aumento de peso y se cierra el ciclo (aunque puedes engañarte haciéndolo las veces que quieras, pero lo ideal es que lo cortes).
¿Hay algo que funcione? Sí, una alimentación que te acompañe con placer en tu día a día, de la que disfrutes y te produzca un bienestar psicológico. Con esto quiero decir que: no hay alimentos malos, no hay alimentos buenos, no hay alimentos prohibidos, ni tampoco alimentos permitidos, no hay comidas sanas ni tampoco insanas. Solo alimentos, solo tu alimentación.
Consecuencias negativas de las dietas restrictivas
Las dietas restrictivas, aunque pueden ofrecer resultados rápidos, tienen varias consecuencias negativas tanto a corto, medio y largo plazo. Aquí te explico algunas de ellas:
A corto plazo
- Deficiencias nutricionales. Al eliminar ciertos grupos de alimentos, puedes estar perdiendo nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra, lo que afecta a la salud general.
- Baja energía y fatiga. La restricción de calorías o nutrientes puede provocar una disminución de energía, lo que te puede hacer sentir cansada, irritable o débil.
- Ansiedad y obsesión con la comida. El control en lo que se puede o no se puede comer puede generar ansiedad y hacer que la comida se convierta en una obsesión, afectando la relación con la alimentación.
- Efecto rebote. Al reducir drásticamente la ingesta de alimentos, el cuerpo puede entrar en un modo de «emergencia» y retener más grasa una vez que se reanuda la alimentación normal, lo que puede generar un aumento de peso rápido tras dejar la dieta.
A medio plazo
- Pérdida de masa muscular. Cuando se reduce la ingesta de calorías, especialmente proteínas, el cuerpo no solo quema grasa, sino también músculo, lo que puede llevar a una disminución de la masa muscular.
- Desajustes hormonales. Las dietas restrictivas pueden alterar la producción de hormonas relacionadas con el hambre (como la leptina) y la saciedad (como la germina), lo que puede hacer que sea más difícil controlar el apetito a largo plazo.
- Metabolismo más lento. La restricción calórica prolongada puede hacer que el metabolismo se ralentice, y a la larga, puede dificultar la pérdida de peso.
- Problemas emocionales. La obsesión por seguir una dieta estricta puede llevar a un aumento de estrés y emociones desagradables relacionadas con la comida, como la culpa o la vergüenza.
A largo plazo
- Desnutrición crónica. Si la dieta restrictiva no es equilibrada, puede acabar con deficiencias nutricionales graves, lo que puede afectar órganos vitales, la función cerebral, la piel, los huesos y otros sistemas del cuerpo.
- Trastornos de la conducta alimentaria. Las dietas extremadamente restrictivas pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón debido a una relación poco saludable con la comida.
- Riesgo cardiovascular. La pérdida de masa muscular y el aumento de la grasa corporal en ciertos casos puede contribuir a un aumento del riesgo de enfermedades cardíacas y problemas de colesterol.
- Desregulación del metabolismo. Después de años de dieta restrictiva, el metabolismo puede volverse más sensible a los cambios, lo que puede hacer que sea aún más difícil mantener un estado de salud óptimo.
¿Necesitas más motivos para empezar a tener una mejor relación con tu alimentación y dejar atrás las dietas restrictivas. Desde María Redondo Psicología podemos ayudarte, pide cita con nuestras nutricionistas a través del siguiente formulario.